'Solanares'
¡Bendito sea
el ‘Señó’!
Llegan las
palabras de Solana como agua de mayo, y nunca mejor dicho. Caprichos del cielo.
Trescientos solares municipales serán adecentados, para dar ejemplo a los
privados de cómo está el patio de sus casas. A ponerse las pilas. Pico y pala.
Se acabó el cachondeo de meársenos encima. Gracias, señora Solana, por este
mínimo aliento para el barrio.
Ahora bien,
conviene matizar varias cosas antes de rompernos las palmas de las manos
aplaudiendo. La primera es que el fruto del desbroce debe ser recogido, o
terminará siendo paja seca y garrapatas, como sucede en la confluencia de Eugenio
Hermoso con Joaquín Rojas Gallardo, que está para hacer pacas y llenar un
tráiler. La segunda es que los requerimientos deben llegar a todos sin
excepción, y donde no lleguen por desconocimiento de las direcciones de
contacto, se publicará en medio oficial y se actuará de oficio. Por imperio de
la Ley, que lo llaman. Que cueste dar con estos perros no puede ser la excusa
para someter a los residentes a décadas de tormento. La tercera, y quizás la
más importante para el Casco Antiguo, es que debemos ir tomando conciencia de
barrio histórico. Tener un solar adecentado no es el objetivo. La meta es
ponerlo en valor, darle vida. Un solar en el corazón patrimonial de Badajoz es
un lujo que la ciudad no puede permitirse. Tome nota la Administración.
Trescientos
solares públicos y trescientos privados son muchos solares. Demasiados. Y si
hablamos del Casco Antiguo, donde se localizan la mayor parte de ellos, más
aún. Basta con hacer un ‘zoom’ sobre el Google Map para tomar conciencia del
grave problema. Eugenio Hermoso, Concepción Arenal, El Campillo, Moreno
Zancudo, San Lorenzo, Afligidos, Amparo, Encarnación… ruina sobre ruina hasta
la vergüenza. Una sinrazón. Un ultraje. Una dejadez inmunda, avara y siniestra.
¿Qué está
sucediendo para que tengamos afectadas manzanas enteras? Por poner un ejemplo
sobre el que ya pusieron los ojos los medios de comunicación, me apena ver a
los vecinos que viven sobre ‘El Herculano’, en Moreno Zancudo, adecentando su
fachada a requerimiento de la Administración, caña en mano, dándole pintura y
barro a las paredes, mientras las ruinas de siempre los asedian desde hace
décadas. ¿Dónde están esos otros propietarios que tienen la descarada
desfachatez de permitir que sus propiedades sirvan a la decadencia, que desoyen
este clamor ciudadano e institucional? ¿Quiénes son? Igual va a hacerse
necesario acudir al Registro de la Propiedad, sacar unas notas simples y ponerle
nombre y apellidos a los sinvergüenzas, en negrita,
cursiva y subrayado. Negro
sobre blanco. Es cuestión de perras, y no muchas. Asequible.
Luego están
esos otros, los anónimos y honrados, quienes sin necesidad de requerimiento
embellecen sus propiedades por una cuestión de mero civismo y sentido del
ornato. Bravo por ellos. Enhorabuena y gracias. Siempre.
Hoy me
desayuno unos churritos a su salud, señora Solana, y le brindo mi café y mis
parabienes. Que sus palabras no caigan en el olvido como la hierba sesgada de
Eugenio Hermoso.
Adelante,
señora. Denos paz. Haga justicia. Aplique la Ley.
Comentarios
Publicar un comentario