¡Feliz cumpleaños, so guarros!


                Regreso cabizbajo del paseo con mis hijos, enojado, más cabreado que un mono. Y no por menos vengo mentando tu estirpe, aunque no para bien, confieso. A estas alturas de la película tu estampa, tus muelas y tu puta calavera deben oler a mierda desde una legua de distancia. La misma mierda que tú y toda tu familia habéis dejado de recuerdo en la Alcazaba.

Ayer fue el cumple de la peque. Ocho añitos como ocho soles, ocho primaveras calza ya la Macarena. Y, claro, había que celebrar por todo lo alto: familia, amigos, vecinos, perros y gatos. Todos se rindieron a sus encantos porque la princesita vale un Potosí, tan regordeta y pizpireta que da gusto verla. Un primor de niña, vamos.

 Lástima que no tengáis un chalet o una parcela donde festejar las efemérides, o las ganas de colmar de mierda vuestra casa, o las de gastar un buen puñado de duros en el Pica-Bolas, el Party-Peques o los Piratas-Pitufos. El nombre da igual. La Alcazaba siempre estará abierta, sale gratis y el servicio de limpieza llega por la mañana. <<¿Todo a su gusto, señor? Invita la casa. Vuelva usted muy pronto y saludos a su señora esposa. Encantado de haberle complacido>>.

El caso es que no se os olvidó un detalle; oye, ni la Preysler con sus ferrero. Las cosas como son. Hasta la abuela tuvo cabida sentada en la silla de la playa. Guirnaldas, piñata, música, globos, tarta, velas, platos, vasos, neveras, y un termo con café, para que los mayores soporten la modorra de las copas. Fue una tarde cojonuda, un buen cumple. Otro más.

Una pena que, al terminar semejante ágape, os entrara la insoportable pereza, la indolencia, y ya no dieran las fuerzas para doblar el espinazo y recoger la basura. O igual es que vuestra educación, vuestro civismo, no llega para tanto. Qué remedio. Por desgracia siempre se cumplirá aquello de que ‘de tal palo tal astilla’, y ya imagino a Macarena, mudadas las lozanas primaveras por los grises otoños, con cuarenta kilos de más y los pechos golpeándole en la panza, celebrando por todo lo alto el cumple de su retoño.

Mientras la Alcazaba se sostenga habrá fiesta para rato.

…Ayer fue el cumple del paquete de tu hijo, y subió con su panda a la Alcazaba. Igual hasta la Fani andaba por allí, con el Jairo y la Nay, que son chungos y famosos porque les trincó la pasma. Todo un logro. Quince tacos, grano sobre grano y las hormonas dando cabezazos. Unos litros, unos calimochos, unos canutitos. Celebró con los colegas su minoría de edad como lo tienes acostumbrado, con la misma educación de mierda con la que te empleaste cuando aún era un mocoso. ¡Qué si no!

Mientras la Alcazaba se sostenga habrá fiesta para rato…

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