Que el ritmo no pare
Si
la semana pasada nos hacíamos eco del anuncio hecho por Dª Mª José Solana de
intervenir sobre los solares de propiedad municipal, hoy celebramos el inicio
del compromiso adquirido. Bravo por ello.
Y
como muestra, un botón. El Campillo es tan buen lugar para comenzar como
cualquier otro. No obstante, confiamos en que los esfuerzos del Consistorio llegarán
a todos los rincones, incluidos aquellos que atesoran con afán avaro los ‘descuidados’
propietarios privados. Es fundamental que en la recuperación del Casco Antiguo
tomen su píldora todos los enfermos, incluso los que prolongan su incapacidad
alegremente.
Animamos a
continuar con la limpieza, a poner en orden los armarios empolvados, a alternar
palos con zanahorias, a curtir los lomos de los díscolos y tozudos maleantes. A
apostar por el civismo.
Ahora queda ‘solamente’
atajar las ruinas, soterrar contenedores y cables, renovar saneamientos y
canalizaciones, reparar calzadas, silenciar los barruntos de los pubs piratas, equilibrar
las fiestas, dotar de accesibilidad las calles y plazas, atraer vecinos,
fomentar el comercio alternativo y tradicional, recuperar la paz social,
imponer la Ley.
Y para todo
ello tenemos un plan —un plan de barrio— que con gusto ponemos a disposición de quien
quiera utilizarlo, cotejarlo, apoyarlo, matizarlo o refutarlo. Son nuestros
deseos, nuestras sugerencias, nuestras quejas, nuestras esperanzas, nuestras
necesidades, nuestro aliento y nuestro trabajo. En él tienen cabida voces de
ahora y voces de ayer, algunas doctas, pero todas sencillas.
Lo dicho. Al
César lo que es del César. Hoy toca aplaudir, sinceramente, y que sea por largo
tiempo. Gracias.
Que el ritmo no pare, no pare, no. Que el ritmo no pare…
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