Sobre maravedíes, gabachos y dioses aztecas.
Bruselas nos
ha mandado a la lona de un sopapo en el primer asalto. Ha hecho morder el polvo
a los Guardianes de La Raya con todos sus baluartes, sus mosquetes y sus dignos
estandartes. ¡A tomágg pogg culò!, dijeron en lengua gabacha antes de cerrarnos
las puertas delante de las narices. Ni POCTEP ni hostias. ¡Al carajo el Programa
de Cooperación Transfronteriza con nombre de dios azteca cabreado! No hay
perras. Non, mesieu. Non.
Desde Europa
ya nos han soltado quince kilitos de nada no hace mucho. Quince, para arreglar
los desaguisados de nuestros barrios marginales, con especial tratamiento para
el Casco Antiguo, dada su singularidad histórica y su riqueza patrimonial. Así
que sumar por otras vías dos kilitos más —dos, según el Consistorio a viva
voz, porque en la DUSI pone algo menos—, no procede a estas alturas de la
película. Ni recuperación del patrimonio fortificado ni gaitas varias.
Pues bien, el
Ayuntamiento dice que el corredor verde, que incluía como parte de esa
recuperación del patrimonio fortificado de cara al POCTEP, pero que bien diferenciaba
de aquella en la DUSI (¡¡¿¿??!!), va para adelante sí o sí, por encima de la
campana gorda, aunque para ello se tomen prestados los fondos de la segunda, es
decir, del DUSI, y con los que ya echarán cuentas si terminan ganando el
combate contra el primero, el POCTEP, en el segundo asalto. Sencillito, ¿no?
Vamos, que pintan oros y arrastro. Y me llevo uno.
Y aquí viene
el lío (más aún), en este campal de técnicos y terminología abreviada, cuando
la firme tierra que pisamos los profanos se convierte en una dimensión paralela
donde todo es extrañamente maleable, dúctil, flexible, mutable. Vamos a ver si
logro aclararme.
Si el
Ayuntamiento desglosa en la DUSI una partida de 1´8 kilos para recuperar
patrimonio fortificado y 400.000 € para el corredor verde perimetral, y al
mismo tiempo le pide a Bruselas para el POCTEP 2 kilos más (1´3 según indican
en la DUSI) para recuperar el mismo patrimonio fortificado, y donde incluyen ya
el corredor verde; y si a todo eso le añadimos que el Consistorio iba a aportar
el 25 % del POCTEP de su bolsillo, es decir, que ya tenía apartados los
maravedíes de la propia bolsa (y como poco 433.000 €), ¿por qué entonces tirar de los
fondos de la DUSI para el corredor verde del POCTEP si al menos tienen la parte
propia comprometida y cubre, asaz, los 400.000 € previstos en la Estrategia?
Como decía, un lío de cojones.
Pero,
independientemente a las dusis, los pocteps y la madre que los parió a todos,
lo que no me cabe en la cabeza es por qué no se defiende con tanto ahínco el
sanear y recuperar las calles, erradicar las ruinas y solares insalubres, otorgar
accesibilidad a unas vías que lo están pidiendo a gritos, dotar al barrio con
algo más que pubs y civilizar a los cabestros aunque sea a puyazos. Siquiera un
mero compromiso, unas simples palabras de esperanza (¡son gratis, oigan!), no
sé, algo más que piruetas y bagatelas y pipas de mono.
Hasta la fecha
he sido testigo de compromisos de todo tipo para la ciudad: desde un nuevo
gimnasio en Valdepasillas y una piscina en el margen derecho hasta un centro de
ornitología y la dación de patos del río para hacer paté, por no hablar de
otras Aves. Algunos ya se llevaron a cabo, como el traslado de la policía, también
a Valdepasillas, o el Centro de Día a la Barriada de Llera, ambos ubicados
hasta hace poco en el Casco Antiguo. Y, ¡ojo!, tan lícitos serán los unos como
los otros, pero para este barrio herido de muerte por la degradación, la droga
y la miseria, bien nos vendría una rueda de prensa mencionando nuestras calles.
No hablo del Hospital Provincial, que es zona noble, ni del Proyecto Campillo,
con más trote que una misión espacial. Hablo de las puñeteras calles de
siempre, las que no se ven a menos que las busques, las que puedes intuir si
eres de fuera aunque te lleven por la ruta de las cañas y los vinos. Hablo de
las calles viejas, las históricas, las que se caen a pedazos, la de los baches
y las aceras rotas, las asediadas por las ruinas y los solares, rodeadas por
los indios, como Custer.
Los corredores
verdes con cargo a fondos europeos están muy bien, de verdad, vengan de los
dusis o de la mano de dioses aztecas. Pero mejor estaría recuperar las calles a
costa de lo que fuera, por una mera cuestión de pelotas y vergüenza torera. Eso,
y escuchar a los mandamases pringarse en esta tarea sería ya la repanocha.
Igual es mucho
pedir, a juzgar por las piruetas.
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