Parte dos

¿Quién dijo que segundas partes nunca fueron buenas?, ¿nosotros?, ¿ustedes? Pues ambos tendremos ocasión de comprobarlo.

Hace un par de días, Antonio García Salas escribía en el Periódico de Extremadura que el segundo tiempo de esta legislatura atípica y controvertida —digo controvertida por ser suave y no ahondar en las heridas— debería recuperar todo lo desperdiciado, todo lo perdido en la primera parte del partido. Remontada que lo llaman, o “heroica”, en el argot más futbolero. El desbloqueo ha de ser la clave, el punto de inflexión, refiere el señor García, para que el Consistorio se ponga las pilas de una vez por todas y comience a tachar apuntes en su larga lista del debe. Vamos, que estas vacaciones deberían ser de catón y mates a tope para sacar el curso, de sobredosis de Santillana. Es lo que tiene no aprobar en junio, como alguno ya catamos en su día.

Pues bien, hoy nos sorprende el Grupo Municipal Ciudadanos, con Julia al frente, anunciando en su web de modo oficial que va a por todas por el Casco Antiguo —¡Rediós, San Judas, me vas a dejar pelado con tanta flor!—. Y es que, en estos meses de torear el morlaco de la degradación de nuestro amado centro histórico, de pelear sus calles, han sido muchos los ruedos que nos hemos visto obligados a pisar. Nosotros, que no somos asociación ni nada salvo simples ciudadanos, debemos hacer justicia con cada esfuerzo, del mismo modo que hacemos sangre con los perjuicios y perdemos la paciencia en ocasiones. Este simple gesto, que no deja de ser por el momento un negro sobre blanco, nos da más esperanzas de las que teníamos ayer, de por sí escasas y maltrechas.

En estos meses hemos encontrado oídos y buenas palabras en el Alcalde y su grupo, como en Ricardo Cabezas y el suyo, en Luis Borruel, en Luis Chacón y Elena Olea, y en Disciplina Urbanística, las cosas como son. Pero ha sido en el ciudadano de a pie, en el anónimo, en nuestras familias y en nuestra desesperación, donde encontramos la fuerza para recoger un testigo de años que ya portaran otros mucho antes que nosotros. Y es que los tiempos de la Administración matan, y sus modos, a veces, suponen un tormento, máxime cuando lo que está en liza son las ruinas, los solares, la accesibilidad, la inmundicia, las aceras, los jardines, las conductas y los campos de petanca. Menuda cosa.

Pero no estamos solos, ¡gracias Señor! También encontramos apoyos de verdad, dispuestos a hacer, más allá de lo que imponen los tiempos administrativos. Badajoz Adelante, Asociación Cívica, Apamex, Amigos de Badajoz y la llana voz de la calle nos brindaron el aire que a veces nos ha faltado.

En todo este tiempo hemos reunido dos mil firmas para expresar un clamor, hemos elaborado informes con sugerencias y soluciones para ser propositivos, para arrimar el hombro, hemos demostrado cohesión y consenso ciudadano, nos hemos reunido con cuantos quisieron escucharnos, hemos agradecido cada pequeño gesto, nos hemos alegrado con las pequeñas victorias de otros, hemos envidiado y aplaudido las iniciativas particulares de Suerte de Saavedra, de Pardaleras, de las Quinientas, del Gurugú, de Sixto y su Nacencia, y las seguiremos aplaudiendo y las seguiremos envidiando donde quiera que surjan. Porque somos eso: calle y puerta, y tenemos sed de ser escuchados y hambre de dignidad.

Por esto, agradecemos el gesto de Julia y su grupo, quienes bajaron a pie de calle para pasear junto a nosotros y así poner ojos para ver y oídos para escuchar, y quienes hoy, de modo oficial, hacen suyas nuestras penas y miserias. Hoy, depositamos nuestras ilusiones en este simple ademán y animamos a todos los grupos, sin excepción, a trabajar de verdad por este barrio y esta ciudad que a todos pertenece.

Así que, si tenemos que elegir segundas partes, ¡que sea de Óscar, carajo!, y no una mierda pusilánime que nos deje a todos con ganas de rodar una nueva entrega de la Matanza de Texas.

Y mientras vamos calentando las palomitas y apagando los móviles, un único deseo: que las palabras lleven a los actos… pero antes de que acabe este segundo tiempo.

SOS CASCO ANTIGUO