Entre el "Debe" y el "Haber"
Del haber al debe media un
palote, una raya, una delgada frontera vertical, el pelo de una gamba. Es la
línea que separa dos columnas simétricas, a veces incomprensibles, indescifrables,
como esos muros egipcios petados de jeroglíficos, y que, aunque conviven en
vecindad inseparable, resultan tan antagónicas como el agua y el aceite. Aliñan
el mismo gazpacho, sí, pero no hay dios que los ligue por las buenas. Así me lo
enseñaron en Contabilidad, y costó lo suyo. Lo juro.
Pues bien, ahora que ha llegado
el primero de septiembre, en una legislatura 2017 que tiene más de calendario
escolar que de ejercicio de gobierno, comienza el curso después del largo parón
de nueve meses. Vacaciones Santillana que ya quisieran los padres, los hijos y
los espíritus santos.
Toca trabajar, fin de la gestación. Es la hora. Y qué
mejor modo de echar cuentas que tirar de la raya vertical, del debe y el haber, del pelo de la gamba. Contemos pues.
A un lado, en el haber, tenemos unos remanentes de
cojones: 37´1 kilitos limpios de pelo y paja (11´2 de superávit), aunque en la
columna del debe arrastremos un
quintal de tareas pendientes desde el pasado año, suspensos, cates, “necesita mejorar”; llámense parques
abandonados, calzadas rotas, reventones de tuberías, solares salvajes, plagas
de bichos, ruinas polvorientas, farolas sin bombillas, ruidos enquistados... Chupo la punta del lápiz, subo
dos, me llevo una.
Al haber sumamos la DUSI: 15 milloncitos con acento francés, ¡oh là là!,
más otros 3 de aliento español, para que no se diga; pero en el debe condicionamos semejante morterada de euros
a ciertas obligaciones con las áreas marginales de la ciudad. Perras para el Casco
Antiguo, Suerte de Saavedra, Gurugú y Cerro de Reyes, en accesibilidad, para rehabilitación
de viviendas, repoblación, recuperación desde las plazas, plataformas únicas,
cinturones verdes, políticas de empleo, fomento del turismo y del transporte
público, y cosillas así; todo muy bien esquematizado, muy clarito, con tablas de colores y
tal para admiración de Bruselas. Arte.
Pero sigamos, que la lista es
larga y el tiempo escaso.
Al haber, los fondos de la JESSI:
10´8 millones para ahorrar en la factura de la luz; al debe las bombillas y los cables.
También al haber, 72.000 “cucas” para el mantenimiento
del nuevo parque arqueológico de la Alcazaba, termas y tres en raya; pero en
el debe habremos de anotar, además, una docena de
desbrozadoras y galones de herbicida.
Pongo en el haber más de 5 kilos de la INMUBA destinados al Campillo y
cercanías; y en el debe, cada
una de las piedras que habrán de colocar. De la primera a la última, todo falta.
En el Campillo, además, medio
millón al haber para estudios
arqueológicos. En el debe, desde el
proyecto a la pala, como era de esperar.
La lista da para más, mi pasión
por los números no tanto; así que ahí les dejo los "asientos", para que se
acomoden. Y, al tiempo, entre el debe
y el haber seguiremos vigilando por si
hubiera que dar parte a Medioambiente, Sanidad, Patrimonio o incluso Europa, no
sea que se caigan las comas de las cifras, se emborronen los conceptos o se
pierda el rumbo de la cuenta.
La Matemática es una ciencia exacta,
una madre demasiado atareada en resolver sus incontables problemas; ingresos y gastos son
sus hijos, traviesos, inquietos, esquivos. Pero la Contabilidad, ¡ay, la
Contabilidad!, es una pésima yaya predispuesta a consentir, a despistarse. Por eso,
para el debe y el haber le prestaremos ayuda. Le echaremos tantos ojos como sea menester.
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