El Cristo de la Antigualla
Yo, que soy muy devoto, al Cristo de la Antigualla le tengo fe. Y no hay mejor paso que el que me conduce al templo, en San Juan, porque soy de peregrinar constante más allá de las cuaremas y de las semanas santas. Como yo otros muchos beatos feligreses, tantos, que quizás, por ello, nuestros regentes, tan sabios, tan píos, tan buenos, hayan cedido al deseo de abrir nuestras iglesias por más tiempo. ¡Benditos sean!
Con el sonar de los clarines y tambores se eleva mi espíritu, y me empapo en agua bendita, bien remojado, hasta que el traje de nazareno me va sobrando, pues no hay más morado pasión, ni más intenso, que con el que de allí marcho.
Camino en procesión, algo inestable, pero es la emoción, que me embriaga, y visitando sagrarios no tardo en presenciar algún milagro mariano. O una docena. Tal es mi arrebato, mi éxtasis, que fuera envidia de la misma Santa Teresa.
Si el fervor me empuja, lo que sucede a menudo, me arranco por una saeta a las tres de la mañana, y mis hermanos cofrades se hacen los coros. Orfeón celestial, Niños del Coro. Y así, a voz pelada, me entrego al acto de fe. Porque me sale de dentro. Lo mismo me da un Te Deum que una canción de Bisbal. El flamenquito no falla; siempre pasa el corte de La Voz, aunque sólo la Flores le dé a la seta. Tengo un arte “que no se pué aguantá”; un “mostruo” de la canción, vamos.
Luego, quizás, como a un mártir, me vengan encima los fariseos con muchas ganas de bulla, pero yo soy de San Pedro, y tiro de mala leche para defender mi credo. Pasión y hostias. Genio y figura. Que a mí no me desgreña un filisteo.
Acabada la disertación, que ni Jesús en el Templo, la procesión va por dentro. Y mis entrañas se resienten por ver que me llega el alba. Se me encoge el alma entonces y, como el Papa, beso el suelo.
Acudo al hogar contrito y cabizbajo, hecho un Ecce Homo, más serio, más manso, pero siempre satisfecho.
Mañana será otro día, otra celebración, otra misa, que esta fe mía tiene cuerda para rato. ¡Qué guapo que está mi Cristo! Mi Cristo de la Antigualla.
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